Sin utopías el alma se fuga
y quedamos sin rumbo
sin chances para Ser
sedientos de vida.
Sin utopías nuestra alma se retira
Y nuestro cuerpo queda a expensas
de caprichos carnales
de necesidades innecesarias
del manejo inescrupuloso de unos pocos.
Sin utopías nuestra mirada se extravía
Y quedamos ciegos ante las injusticias, la pobreza
la crueldad y la muerte
y naturalizamos el hambre
la violencia y la miseria de espítitu
Sin utopías no hay quien nos ancle
ni la niñez, ni los poetas, ni los soñadores
nadie que nos guiñe
ya no hay señales ni coincidencias posibles
con otros seres que nos liberen de la rutina y el hastío.
Sandra Defrancesco, del libro: Amar en Retirada